lunes, 28 de mayo de 2007

Pues no me acuerdo


A un lado, una mujer gesticulaba, como si no se terminara de creer lo que estaba viendo. Al otro lado, un chico reía ostentósamente, arrastrando a quienes le rodeaban. Y dentro de mí despertó un ataque de risa, de los que no apetece detener, pero que hacen pasar una terrible vergüenza si incluso continúa en las escenas aparentemente serias y el público no te deja de mirar, convirtiéndote en el otro protagonista de la sala. Pero no, soy el actor principal de otra escena.

Surrealismo en estado puro. Pero del que se entiende y se comparte. Vida. Más aún. Eso es lo que encuentro en ti. No sé cómo puedo expresarlo con palabras.

Es una sensación extraña. A veces lloro. A ratos estoy en las nubes. Quizá la lluvia de estos últimos días hayan sido mis lágrimas que se escapaban cuando escalaba allá arriba. Por alegría. O por tristeza. Como en Piedras. Demasiadas sensaciones en muy poco tiempo. Me acordaré de todos vosotros. Me resulta curioso preocuparme si durante unos días alguien no escribe. También te echo de menos a ti. Aunque no escribas. Mejor así.

sábado, 26 de mayo de 2007

Economía de la ilusión



En la primera clase de mi primer día de universidad definieron qué es la Economía. Decía algo así como que es "la ciencia que estudia la asignación de bienes escasos entre usos alternativos".

Mantener la ilusión resulta fundamental para seguir respirando. Pero vivir de la ilusión no aparta la idea de querer apreciar cada instante. Me he dado cuenta de ello algo tarde. Pero aún hay tiempo. Tomo, pues, la iniciativa de mi vida para poder seguir adelante con esta sonrisa que no termina de huir. Se dispone de momentos tan escasos de felicidad plena que, cuando los disfrutamos, sufrimos al mismo tiempo ante la idea de que no siempre pueda ser así. Cuando estás arriba, tiene que quedar pendiente algo más que el descenso inmediato. Supongo que la cumbre es algo que está en nuestras manos mover.

Quizá por todo eso soy economista. Cuadriculado, interventor, maniático, desquiciado, ordenado, esperanzado. Iluso. Ilusionado. Y probablemente también debido a ello me dedico al apasionante mundo de la informática. Es la alternativa que mejor satisface mis necesidades económicas. Aunque me vacíe por dentro. Pero creo que lo compenso bien. He encontrado la distribución adecuada. Has optimizado mis recursos escasos.

Pero el equilibrio, desgraciadamente, no es en el sentido de Pareto.

Asustado


Me estoy volviendo loco. O tengo un fantasma en casa.

El Colacao se ha transformado en Nesquik. En el armario de los desayunos hay unas tortas que saben infernales. No me caben los yogures bebibles en la nevera. Incluso hay latas de Fanta Naranja, sabiendo que me sientan mal las bebidas con gas. Cuento los plátanos por pares, cuando siempre los evitaba por ser demasiado calóricos. Del horno salen pescados con cabeza que me miran mientras les como. El vinagre ya no es de módena, sino de manzana. No encuentro algunos cubiertos. El gel del baño aparece en el estante inferior. El tambor ha subido junto al globo. Hay cosméticos que no me suena haber comprado. Me faltan pantalones, camisetas, calcetines y calzoncillos.

No sé qué me está pasando.

viernes, 25 de mayo de 2007

Puro teatro


- Natillas.

- ¿De vainilla o de chocolate?

- mmm Entonces yogur.

- ¿De limón, fresa o natural?

- Vale, no quiero postre.


Ay que no puedo de verdad. Que me muero de la risa. Menos mal que si no fuera por estos momentos me daría algo durante la semana laboral. Bueno, por eso y por las conversaciones telefónicas surrealistas por la vagancia de la pareja. O por las salidas de tono de otro al que tengo miedo, por si un día me pega. O por el respeto que me tienen las niñas (si me vieran en otras situaciones..) O por el que reparte hostias con bragas de seda. O por cómo se excita el único hetero de verdad cuando se habla de fútbol. O por la precaución que tiene mi jefa al hablar conmigo, no sea que le suelte dos voces...

En el fondo me gusta. Me transformo. Soy otro. Me pongo la máscara y comienzo la representación. Siempre está bien cambiar de papel en las diferentes facetas de la vida. Es bueno adaptarse. Pero, por dios, necesito tener la opción de cambiar de vestuario. Tengo que pensar sobre la razón oculta y el motivo para entrar....

(Escribo esto escojonándome de mí mismo, con un antifaz de frío sobre los ojos, tumbado en el sofá de casa, con el portátil del curro encima, respondiendo correos de manera amable, a pesar de que me han levantado de la siesta, bueno, en realidad, no me han dejado ni ponerme el pijama. A este paso me voy a convertir también en un personaje. Ay cómo me gustan los personajes... Recojo ya, me voy al gimnasio y luego al Carrefour Express y luego pues a saber. Estoy contento. ¿Y por qué no?)


jueves, 24 de mayo de 2007

Comienzo y fin


Por favor, dime que no es día laboral y que se me ha olvidado quitar la alarma recurrente del despertador. Tras reaccionar, termino por ser consciente de que es jueves.

Puedo simular una enfermedad. Sí, llamaré a la oficina argumentando un ataque repentino de alergia o un virus extraño que minimiza por completo mis funciones vitales. Pero mi sentido de la responsabilidad me impide hacer ciertas tonterías (para otro tipo de tonterías llevo los ensayos muy avanzados).

Tras realizar el saludo a lo ShinChan cuando imita a Ultra Héroe, se inicia otra jornada muy interesante, por no decir anodina, rutinaria, complicada, tensa, estresante... Lo bueno del día es cómo ha comenzado. Ayer tampoco
terminó mal.

martes, 22 de mayo de 2007

Mi día


Ofertas.
Cambios de oferta.
Promociones.
Productos adicionales.
Equipamientos.
Equip_type_codes.
RoMa.
Emf_config_id.
SLA's.
VPN.
Mapeos.
Componentes.
Jars.
Volcados.
Progresiones.
Rate_class.



Mi magnífico día.

Tengo bolsas en los ojos. Se me secan e irritan. Me agota estar mirando todo el día a una triste pantalla de ordenador portatil. Es pequeña, baja y me hace tener el cuello encorvado. Estoy cansado. He tenido que cancelar citas. Pierdo amistades, tanto dentro como fuera del trabajo. Saldré tarde. Y no sé si volveré. Me gustaría tener los huevos suficientes para mandar todo a tomar vientos. Y dedicarme entonces a vivir del cuento. A vivir del aire. A vivir de ti.

Dios, qué pena haber nacido en una familia pobre.

Voy a andar apurado para hacer una tortilla de patatas.

lunes, 21 de mayo de 2007

Tormenta

Despierta el día y la semana con una fina lluvia. Pero el sol poco a poco se quiere abrir paso entre unas nubes que, con sólo mirarlas, se puede apreciar la mala leche que llevan dentro. Esta tarde, sin duda, volverá a descargar tormenta.

Se presenta una jornada tensa, de enfrentamientos continuos entre las fuerzas del bien y del mal. Ya no sé en qué bando me puedo situar. Si es que existe el bien absoluto... al igual que la verdad absoluta. Cada uno tiene su propio sentido de lo bueno y de la verdad. Pretendo comprender los comportamientos ajenos a base de escuchar a todas las partes implicadas. Me gusta que confíen en mí para ello. A base de comparar testimonios, puedo llegar a entender determinadas actitudes. Y, eso sí, cuanto más conozco las cosas por dentro, más consciente soy de la mierda que se mueve alrededor.

A pesar de todo, estoy relajado. Ya tengo la semana planificada para no llegar a casa ningún día antes de las 10. No es que me guste planificar, sino que tengo que encajar de alguna manera todo lo que pretendo hacer cuando salgo de trabajar. Porque, por fin, tengo claro que mi verdadera vida, la que me llena, comienza cuando salgo de la oficina. Con ese grado de actividad no me dará tiempo a pensar en lo que no quiero. Siento que las malas sensaciones me resbalan. Tengo mis momentos de bajón, pero prevalece la idea de estar bien encaminado. O eso creo. Y no, no quiero adelantar acontecimientos.

jueves, 17 de mayo de 2007

Vitaminas


Mi compañero cachondo se ha quitado el jersey al salir a comer, pues hacía un calor de muerte entre los edificios de nuestro siempre magnífico parque empresarial, que reflejan el sol que da gusto. Mientras salía por la cabeza, durante un par de segundos se le subió de manera simultánea la camiseta. Hasta el cuello. Dos segundos que me quedo para mí. Creo que me he puesto rojo y todo.

Al bajar del autobús, un niño perfecto dando la bienvenida al verano, en todo su esplendor. Vivan los piratas y tu isla del tesoro¡¡¡

Saliendo de Cercanías, otro al que bien podría situar en la CND2, por su estilo, su vestir, su planta, su forma de andar...

Y al entrar en el vestuario, el chico de la navaja. Con sólo un pantalón negro de chándal. Muy ajustado. La situación perfecta. Mira que siempre he dicho que no me pone nada un tío desnudo. Mejor en ese otro pose. Pecho al aire. Se entretiene preparándose un batido de proteínas. Pero se quita el pantalón. Lleva calzoncillos militares. Le pega, sin duda. Pasa delante de mí. ¿Vas a seguir quitándote ropa? Oye, que puedo hacer una excepción con mis gustos, de verdad, que no me importaría que continuaras... Pero no, se fue a pesar a la báscula. Supongo que no estarás preocupado por tu peso. Si tienes un cuerpo perfecto. Si te sigo mirando así, definitivamente me vas a sacar la navaja. O quizá pases directamente a la catana. Vaya, te vuelves a vestir, así sin más, sin ducharte ni nada. Igual te vas a duchar en casa. ¿Vives cerca? Bueno, el próximo día calculo mejor mi horario.

No puedo con la primavera.


(Creo que sigo con este aire friky que me caracteriza últimamente voy a coger una fama que puf jeje En fin, ya tocará volver a la melancolía)


miércoles, 16 de mayo de 2007

Pues eso


Primer día de trabajo después de casi tres semanas de supuestas vacaciones. 750 correos pendientes de leer. Marrones que no sabía por dónde atajar. Malos rollos a discreción. Jugarretas a diestro y siniestro. Traiciones inesperadas durante mi ausencia...

No he abandonado la sonrisa en todo el día. Cuando sonó el despertador esta mañana me di cuenta de que a esa hora ya había amanecido. Y también salgo de trabajar con un sol espléndido. Hablo con gente estupenda. Me escribe un montón de personas a las que aprecio cada vez más. Y será una noche genial. Habrá que disfrutar.



martes, 15 de mayo de 2007

La distancia es relativa


Tren o avión. Siempre la misma duda cuando viajo a destinos relativamente cercanos: Barcelona, Almería, Gijón, Sevilla, Bilbao... Tardo menos de 5 minutos en llegar andando a Atocha, lo cual ya es una ventaja. Pero salvo la red AVE, el tren en este país deja bastante que desear. Sin embargo, la hora de metro que me lleva llegar a Barajas, la T4, las esperas, los retrasos, la suerte de reencontrarse con la maleta en la cinta, etc., me suele también retraer de coger un avión.


Vivir en el centro o una urbanización de las afueras. Me gusta vivir en el centro, a pesar de todos los inconvenientes que tiene. Salir de casa y estar ya donde quiero estar me da vida. Por otro lado, la calidad que aporta vivir en la periferia en base a un aire mejor, vistas a la sierra, piscina a pie de casa, plaza de garaje en la puerta... es para pensárselo.


No mido las distancias por los kilómetros, metros o centímetros que nos separan de allí donde queremos estar. Sino más bien por el tiempo que nos emplea recorrerlas. Vivo a 35 minutos del trabajo. Mis padres están a 3 horas de viaje, etc. No obstante, suele existir cierta correlación entre distancia y tiempo, que será más o menos proporcional en función de la calidad del transporte seleccionado para cubrirla.


Pero hay una cosa que no puedo entender. Si nos separa apenas medio metro. Si es cuestión sólo de medio paso. Si no hay transporte alternativo a tus propios pies. Si como mucho se puede tardar en recorrerlo 5 segundos, y eso en caso de que quieras acercarte dando pasitos. Si no hay explicación física razonable, si puedo casi tocarte con levantar el brazo, si aprecio tu aliento sobre mi cuello... ¿cómo es posible que te sienta tan lejos?


lunes, 14 de mayo de 2007

Flora y fauna

Los hay de todo tipo. Y me parece imposible no proceder a clasificarlos de inmediato.


En la categoría de los Eurocreme entrarían algunos niños que se han incorporado recientemente. Creía que había un límite de edad para apuntarse a un gimnasio, por el tema de completar antes el desarrollo muscular y eso. Pero parece que no, o es que las nuevas generaciones de hoy en día vienen ya sin pelo de fábrica... Son tan poquita cosa que resultan entrañables y te entran ganas de arrimarte a ellos para irlos protegiendo. Y no sigo insistiendo en este apartado que luego uno se cría fama de asaltacunas. Merecida, sin duda.

Por el otro lado no hay una separación clara entre Falcon y Belami. Se trata de una mezcla interesante y variopinta. Profundicemos con ellos.
Me alucina el que está encantando de haberse conocido a sí mismo. Estoy convencido de que se ha apuntado al gimnasio para tener una excusa para comprarse ropa deportiva. Bueno, si se puede llamar deportiva. Lleva todo tipo de marcas punteras (también en el precio), cada día un modelo diferente. Se va mirando por cada espejo que pasa y últimamente parece preocupado por una espinilla a la altura de la mejilla.

Se puede hablar además del chico que tiene una sonrisa perfecta, el pelo perfecto, unos labios carnosos, el cuerpo (culo incluido) espectacular. Vamos, de esos que te echan para atrás nada más verle, no sea que se incrementen de golpe las inseguridades de uno mismo. En todos los sentidos.
También hay un tatuaje pegado a una fibra. Y, por cierto, usa toallas muy muy pequeñas.
Y otro chico que creía que podía ser mi amigo, pero al que Carrefour Express últimamente no le deja horarios compatibles. No estaban mal las situaciones que vivíamos, persiguiéndonos con la mirada por toda la sala, para terminar los dos solos en la sauna. El cabrón me llegó a preguntar que si tenía hora, pues mira, no, creo que es obvio que no llevo ni hora ni nada encima. Paso. Ahora creo que me voy a hacer amigo de él, me parece mucho más interesante e incluso accesible.

En el grupo de heteros aparentes que la cagan nada más empezar a hablar hay sobre todo un par de miembros. El chico de los movimientos sexys y una nueva incorporación. Tremendo. Sin palabras. Creo que es malo malo, vamos, de esos que te pueden sacar la navaja en cualquier momento si te quedas mirándoles más de la cuenta. Un morbo que para qué voy a insistir que acabo fatal...

Sin clasificar, por supuesto, se encuentra Rodrigo. Ays...

Paro ya, aunque me parece que algún post adicional tratará de estas cosas, como forma de evasión. Mientras tanto, estoy ya con la talla M y con algunas estrecheces. Me estoy empezando a preocupar porque de ninguna manera me voy a poner una camiseta talla L. Hasta ahí podíamos llegar.




domingo, 13 de mayo de 2007

Tranquilidad


Creía que la tranquilidad era eso. Pero me equivocaba.

Me encontraba en medio de una cala casi virgen. Dentro del agua. Me llegaba a la altura del pecho. No se movía. Era el mar más quieto que había visto nunca. Podría haber sido también el más transparente. Pero me rodeaba una finísima película de grasa. La desprendía yo. Me había dado mucha crema para impedir, sin éxito, las quemaduras solares. Estaba desnudo. Situé los brazos en dirección al horizonte. Paralelos a la balsa de agua. Apenas rozándola. Y cerré los ojos. Sólo se escuchaba un ligero gorgoteo. Lo producía alguna que otra onda que me golpeaba. Olía bien. Se respiraba puro. Suspiré. Dejé escapar un sordo gemido de placer. Pasaron así algunos minutos. Despues, abrí los ojos. A ambos lados, unas formaciones rocosas espectaculares. Al frente, una fusión de colores pastel. Detrás, desierto. Abajo, me rodeaba una manada de peces (voy a exagerar) de no menos de medio metro cada uno, que estaban encantados de verme y que movían su aleta en previsión de ve tú a saber qué. Cuando conseguí deshacerme de ellos, me di cuenta. Fui consciente de que había vivido un momento de paz absoluta. Irreproducible. Lo que estaba buscando. Eso pensaba.

Pero no era así.

Creía que la tranquilidad era eso. Cuando, en realidad, me la das tú. Lo sabes, ¿verdad?

viernes, 11 de mayo de 2007

He vuelto


No sé en qué estaría pensando cuando hice la maleta, pues aparecieron 12 camisetas (para 5 días) y ningún pantalón corto. Bañador sí llevaba, tres, pero no me hicieron falta. Además, litros de cremas, geles y otros cosméticos la hacían casi inamovible. Qué meter en la maleta es uno de los grande misterios de la humanidad, junto a por qué todos los dependientes de Zara son gays. No me quiero ni imaginar las pruebas que han de superar en los castings...

La primera sensación fue de relax. Por fin allí, habiendo salido todo bien. Parece mentira que con 29 añitos sepa organizar las cosas por mí mismo. Enseguida traté de descubrir de qué forma había evolucionado en los dos últimos años el estilillo del genuino niño malo de Almería. Pero allí sólo había rastas. Bueno, también tienen su punto.

En algún momento vino el agobio y mis paranoias habituales.

Pero prefería pasar de todo. El deporte y los paisajes increíbles ayudaron a descargar tensión. Recuperé la sensacion de hacer el cafre con la bici. Iba de cala en cala (a cual más espectacular) buscando un lugar donde tirarme a leer. Me acompañaba Lucía Etxebarría (tía, defininitivamente te has pasado, ubicas las escenas por donde yo salgo, la vida se desarrolla donde vivo -incluso el bar tantas veces citado es el que tengo justo enfrente de casa-, pero, sobre todo, me parecía que estabas exponiendo en bonito mis sentimientos, siempre con tu estilo tan directo, cuya poesía puede llegar a hacer daño).

He comido peces que me miraban e incluso me he atrevido a probar las aceitunas. También he aprendido muchas cosas. Por ejemplo, que no conviene llevar donettes a la playa en un día de calor tórrido. Vuelvo rojo a trozos, vamos, como es tradicional. También con un dolor de culo que no puedo casi sentarme. Es de la bici, del sillín, de sentarme sobre él digo. Me hubiera gustado desconectar más. La próxima escapada me voy a la selva, que seguro que allí no hay cobertura de móvil y no me llamarían del trabajo. En fin, que os jodan a todos.

No me forcé a reflexionar, pero me daba cuenta de que a veces me estaba diciendo cosas en voz alta. No he tomado decisiones. Pero tengo que ser coherente conmigo mismo. Los sentimientos que me han estado acosando durante estos días van a marcar de manera clara lo que será de mí en un futuro inmediato. Claro, y eso te afectará a ti también. Eso es lo mejor, lo más bonito. Eso es lo más duro, lo que más me duele.

(no puedo contar más)
(sí, he vuelto, se me ha hecho largo, como hacía mucho tiempo que no me ocurría)
(tengo muchas cosas que escribir, no me atrevo)
(desconozco si lo estás leyendo)

jueves, 3 de mayo de 2007

Me voy


Me dice el taxista que me espera en la estación, alzando un cartel con mi nombre. Lo que me faltaba para empezar ya pasando vergüenza. En fin, llegó el día. Puede que sea una tontería para el común de los mortales, pero para mí es una de las mayores locuras que he hecho hasta el momento. Estoy harto de tanta previsibilidad en mi vida, de que todo parezca cuadriculado y que encaje perfectamente dentro de esta falsa imagen de chico responsable y seguro de mi mismo que dicen que desprendo. Quien dice eso tenía que estar aquí dentro, para comprobar el volcán que llevo dentro. Y la mierda también.

No sé si uno se sentirá más solo en la Quinta Avenida de Nueva York o en la cala de Mónsul. Me llegué a plantear retirarme unos días a un monasterio. Luego pensé en ir a un albergue solitario. Pero al final opté por un hotel de 4 estrellas al borde la playa. Sí, ya sé que soy lo peor. Allí al menos hay internet por si me llaman del trabajo y tengo que hacer alguna gestión on-line. No, eso no. No me pienso llevar el portátil de laempresaquemepaga. Bueno, sí, lo haré por mis compañeros, por si les puedo ayudar en algo rápido. Ni de coña, necesito desconectar, hasta el móvil voy a apagar. Si no, amenazo con tomarme una baja por depresión o por extres a la vuelta.

Me voy y dejo todo patas arriba. Tengo los esquemas rotos. Me aprietan y me gusta. Otra vez igual. Vivo en una montaña rusa sin frenos de la que, sin embargo, no quiero bajarme. Me da miedo por dónde pueda discurrir esto. Parezco obligado a tomar decisiones a la vuelta de las vacaciones. ¿Decisiones? No, no quiero. Sólo quiero vivir fácil y sin hacer daño a nadie. No puede resultar tan complicado, por dios. 130, que no se te olvide.

Creo que escribo este blog como sustituto barato de un psicólogo. Anoche me lo sugirieron. Estoy de acuerdo. Por eso, a la vuelta seguiré escribiendo.

(Si puedo)
(Si vuelvo)
(Si tengo algo que contar)
(Si quieres leerlo)

martes, 1 de mayo de 2007

Sin palabras

Me he quedado sin palabras después de presenciar esta mañana estas escenas. Y, sobre todo, el olor... Hablan por sí mismas, así que pongo tres ejemplos de lo que he podido ver. No son muy buenas, porque estaba todo acordonado a 200 metros a la redonda, que es hasta donde se dejó sentir la explosión en forma de destrozos de todo tipo. Pero tenía que conseguir algún testimonio gráfico.


Para recordar.




Hablar cantando

Hace unos quince años paseaba todas las tardes por los parques que bordean el río, con mi anterior perrillo, casi cachorro. Siempre nos adelantaba alguien pequeñito, de pantalón corto ajustado, con el pelo rapado y una cinta en la frente. Corría. Mucho. Deduje que podía ser una chica, desde luego no por el aspecto, sino porque en Palencia sólo corría así la que hasta el momento era campeona europea junior de medio fondo. Era Marta Domínguez. Entonces no la conocía demasiada gente. Ahora es considerada la mejor deportista española de todos los tiempos. Cuando vuelvo a la tierra la sigo viendo entrenar por las calles de la ciudad. Es la que mejor ha paseado por el mundo el nombre de Palencia e incluso por ello la perdonaremos que se presente a las elecciones municipales por el PP.

Es la típica palentina, habla igual que todas. Canta, más bien, muy rápido, con muchas entonaciones. Hasta que emigré no me daba cuenta de estas cosas. También mi jefa de laempresaquemepaga. Mi hermana, lo mismo. Por cierto, ha vuelto ya de la feria de Sevilla y ha traído de recuerdo figuritas de la Virgen del Rocío y varios rosarios para colgar del espejo retrovisor del coche.

De verdad, no sé a quién habré salido.