Resulta curioso observar cómo los efectos del calor excesivo pueden asemejarse a los del inicio del otoño. Esta mañana la mayor parte de las calles lucían un manto de hojas secas. Los árboles de Madrid no pueden soportar estas temperaturas que me mantienen confundido. Una situación surrealista, sobre todo observada bajo una perspectiva resacosa a las 7 de la mañana.
No creo que pueda superar la separación entre Tamara y Paquirrín. Para sobrellevarlo, no está de más improvisar una borrachera sin motivo aparente un lunes por la noche, con la luna llena de privilegiada espectadora. Otra vez la luna llena, me asusta la influencia que está teniendo sobre mí. De vuelta a casa, ya de madrugada, no sé si por culpa de estas malditas chanclas o del exceso de alcohol, pero iba a pasitos, de lado a lado de la acera. Me río de mí mismo. A carcajadas.
Ya vuelve a ser prácticamente de noche cuando acudo semi dormido a la parada del bus. La luna brillaba esta mañana de manera especial. Y hace no tanto tiempo los primeros rayos del día se reflejaban sobre tu piel, justo al tomar la esquina del Reina Sofía (momentos únicos). Hemos cambiado el recorrido de la ruta que nos acerca todos los días a laempresaquemequitalavida. Hasta ahora, dejábamos atrás el amanecer atravesando la Casa de Campo. Ahora sólo circulamos por túneles. Sorprendente: la modernidad consiste en transformarnos en topos.
Ya vuelve a ser prácticamente de noche cuando acudo semi dormido a la parada del bus. La luna brillaba esta mañana de manera especial. Y hace no tanto tiempo los primeros rayos del día se reflejaban sobre tu piel, justo al tomar la esquina del Reina Sofía (momentos únicos). Hemos cambiado el recorrido de la ruta que nos acerca todos los días a laempresaquemequitalavida. Hasta ahora, dejábamos atrás el amanecer atravesando la Casa de Campo. Ahora sólo circulamos por túneles. Sorprendente: la modernidad consiste en transformarnos en topos.