El año pasado fue un mal año. Algunas cosas ocurrieron porque tenían que ocurrir. Otras ocurrieron y no tenían que ocurrir. Muchas presiones. Me perdí, no sabía dónde estaba. También perdí a gente que me había acompañado en mis últimos años y que hasta el momento me habían hecho sentir menos peor persona. Se juntaron tantas cosas que no sabía cómo afrontarlas.
Según iba terminando el año, me daba la sensación de que todo había cambiado, pero que en el fondo seguía igual. Algunas personas regresaban, las anteriores situaciones se retomaban. Todo había dado vueltas y al final la ruleta quedaba en la posición original. Pero el último día del año fui consciente de que ya nada sería nunca igual. A las 23:59h del día 31 de diciembre no me llegó por sexta vez un sms de amor. A las 00:01h del día 1 de enero no recibí también por sexto año consecutivo un sms de amistad. Era previsible. Pero hasta ese momento no me di cuenta de que ya no era el mismo que un año antes. Desde entonces soy mucho más pequeño.
jueves, 22 de febrero de 2007
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6 comentarios:
Dicen que el pasado siempre es mejor que el presente. Uno ya sabe lo que hizo o no hizo, en cambio hace un año atras eramos todos mas grandes y no nos dimos cuenta de las cosas pequeñas. Son esas que valen al final.
Un saludo.
Un discutido paisano mío dijo siglos atrás "cómo a nuestro parescer, cualquiera tiempo pasado fue mejor". Tampoco se trata de eso, sino quizá de la sensación de no saber apreciar suficientemente bien lo que tienes en cada momento y sentir que se te escapa el presente.
Sabes, cada vez, como ahora cuando escribo esto desde una casa maravillosa al estilo de sur de Francia pero en pleno Santiago de Chile, que te sientes comodo con todo lo estetico que te rodea, siempre llega el momento de partir y volver a la "realidad". Lo bueno es poder llevar a esas imagenes mentales consigo, de esos momentos que son mas grandes que la vida misma, cuando el cielo tiene un tono perfecto y las luces hacen siluetas como para vivir de peliculas, cuando encuentras las palabras adecuadas, si es que son necesarias.
Viviremos, pues en una película. Aunque ojalá la vida fuera de mentira, como en una película.
Gracias por tus comentarios.
Cierra los ojos y pinta tu pelicula con las pestañas.
Me dejaste mudo... creo k no puedo leer este blog... Me produce exaltación de sentimientos no curados para los que no encuentro ni las tiritas
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