viernes, 7 de septiembre de 2007

Deposite aquí sus ilusiones



Por favor, respete el límite de velocidad. Mensaje curioso cuando te hallas en medio de un atasco infernal, atravesando un interminable túnel que te dispara desde el mismo centro de la ciudad y te escupe, muchos kilómetros después, junto a un bosque de encinas. Hay calles alfombradas de luces rojas y otras engalanadas de blanco. Las primeras, las menos, las ocupan aquéllos que escapan de la multitud hacia algún parque empresarial o polígono industrial de la periferia. El resto están invadidas por los vehículos de quienes acuden al calor de la ciudad. Madrid agota y acoge.

No resulta una hora propicia para moverse por cuestiones de ocio sorteando la selva madrileña. O sí, quién sabe si alguien vuelve o se va tras disfrutar o prolongar una noche loca. Toda la noche del jueves de fiesta. Me está volviendo a apetecer. Hay alguna persona que circula por la acera a un ritmo considerablemente menor que el resto. La ausencia de prisa delata que no acaba de abandonar su casa. Seguro que ha tenido un plan interesante, pues sus ojos, atacados ya por el sueño, aún no han eliminado los restos de una engañosa sonrisa.

Otros tampoco han dormido esta noche en casa. Ni ayer. Ni la semana pasada. No tienen casa. Se acurrucan, tapados con una manta, en un banco de láminas de madera. O junto a la entrada del museo. O en el hueco de un cajero automático. O sobre una rejilla de ventilación del metro, aprovechando el aire caliente que asciende desde el corrompido subsuelo. Ciertamente, se puede calificar de privilegiados a aquellos que sí han dormido bajo techo, aunque fuera hacinados dentro de un maloliente cubículo, junto a unos cuantos compatriotas. Los mismos "sin papeles" que ahora se agolpan para hacerse ver mejor en la glorieta de Atocha, a la espera de que alguna furgoneta les recoja de manera clandestina y les transporte hacia cualquier obra ilegal donde jugarse la vida. Si es que todavía siguen vivos.

Las miserias urbanas pasan desapercibidas en el largo amanecer de Madrid.


19 comentarios:

Martini dijo...

En las ciudades grandes se ve más miseria....

Habibi dijo...

las ciudades (inventos cristianos) fueron inventadas para unir a la gente. pero ha resultado que somos más independientes en las ciudades que en el campo. nadie se preocupa de nadie, a nadie le importa nadie. somos egoístas, pero mal egoístas.

Mae dijo...

Holaaa. Vengo de rebote ya no se de donde, (creo que de Cgurruán city) y bueno, te leo, y te digo que una de las cosas que mas me impresionó la primera vez que estuve en Madrid fué precisamente eso. La cantidad de gente "sin techo" que me encontré. Es un problema, un gran problema, pero.. ¿cuál es la solución?...
Un saludo.

Churru dijo...

Parecido a lo que dice Mae, este Agosto me asombró ver tantos "sin techo" por Madrid. En Granada hay menos, la gente se los conoce; el de la flauta, el de la falda escocesa, la mujer de la flor roja...

Anónimo dijo...

esta foto pertenece a esa serie de la que tanto he oído hablar?

durante todo el verano había un hombre que "vivía" en un portal al lado de mi casa. desde que he vuelto de vacaciones no lo he visto.

Anónimo dijo...

uy...espera que me reponga del mazazo de la foto y en cuanto revivo, vuelvo y leo (es que recién me levanto y fue...molt fort)

Mathieu Saladin dijo...

Ay tengo ganas de volver a Madrid, mira que descubrir ahora el cariño que le tengo a esta ciudad llena de gatos... (Y no todos son pardos)


Miauuuuuuuuu

un-angel dijo...

No es que las miserias humanas pasen desapercibidas, es que es mucho más cómodo cerrar los ojos y mirar hacia otro lado. Cuando realmente te propones no ver algo, puedes hacer que resulte casi invisible.
Personalmente, el problema no me pasa desapercibido pero eso no consigue mas que hacerme sentir primero frustrado, porque no sé como se podría solucionar, y luego culpable, porque quizás SI podría hacer algo o colaborar de alguna forma y en vez de eso me dedico a estar aquí sentado escribiendo tonterías...
Un abrazo.

Unknown dijo...

las ciudades son más salvajes que la naturaleza... por eso enganchan mucho más....

Anónimo dijo...

Me encanta la foto david.

Peritoni dijo...

En las ciudades grandes tenemos lo mejor y peor, no hay término medio.

gaysinley dijo...

Muy buena foto y texto... miserias tenemos muchas a nuestro alrededor, otra cosa es que queramos verlas... y yo creo que en todos sitios las hay, ya sean ciudades grandes o pueblos... externas (visibles) o internas...

Me viene a la mente, cuando pienso en Madrid, esa imagen de la Gran Vía... junto con este texto:

"Y tengo ganas, pequeñas, pero ganas, de empezar a luchar. Y olvidarme de que ésta, y cualquier ciudad, a veces está tan triste como yo. Y notar que estoy cambiando. Aunque solo sea un poco. Bueno, si es mucho, mejor. ¿Has visto que egoístas nos volvemos cuando estamos solos?..."

Muchas veces las miserias de los demás, no son más que fruto de nuestro egoísmo... La sociedad es muy hipócrita y poco solidaria, muchos aún se creen que con ir a misa el domingo tienen la conciencia limpia... ja!. Si todos nos movieramos, otro mundo sería posible... Tristemente... una utopía.

Bss. GSL

Vulcano Lover dijo...

Todos tenemos ilusiones, David, todos... Unos tienen más suerte que otros en materializarlas. Algunos son también más fuerte, o luchan más... Pero las ciudades son inmensos depósitos de ilusión latiendo tras los cristales, o bajo las aceras. Cuanto más gris y anodino es el pasillo, más luz ilusionada transita por ellas, acompañando, sin que muchos reparen en ella, nuestro diario vagar...

Fenjx dijo...

un enjambre de historias
de pequeño pensaba en ello
miraba pasar la gente
e imaginaba sus vidas hasta que empezaba a dolerme la cabeza
porque yo sólo tenía una
y conocía algo (pequeños trozos) de otras pocas
por eso me gustaba leer
sumergirme en otras vidas tan distintas e iguales a la mía
de mayorcico me di cuenta de que sólo tenemos una vida
y un cuerpecico
y unos ojos
y que yo sepa
una sola oportunidad
así que desde entonces no he parado de elegir
y de intentar aprovecharla

Anónimo dijo...

Madrid siempre ha sacado lo peor y lo mejor de mi: no es de extrañar que ocurra lo mismo con todo lo demás de este mundo nuestro, tan raro. Escribo esto desde una terminal en la T4... Tener Madrid tan cerca y a la vez tan lejos me hace sentir un poco triste.

David dijo...

Mart-ini, es cierto, existe mayor aceptación aquí, es como si nos diera más igual...

Habibi, para mí que seríamos egoistas aunque viviéramos en una cueva.

Mae, bienvenida. Supongo que la solución es tan fácil que da miedo.

Churru, vaya fauna que tenéis por ahí jeje

Gatcham, sí, es de mi época tardía de la serie de basura :)

G., ¿no reviviste?

Hugo, Madrid es siempre un tira y afloja, atrae y se odia, siempre se quiere escapar, pero apetece volver.

Un-Angel, es más cómodo, sí. Si nos quisiéramos hacer personal o moralmente cargo de tantas injusticias, no creo que pudiéramos sobrevivir.

Ekiots, me gusta tu comparación...

Raull, gracias. La verdad es que últimamente me da por hacer fotos a cosas curiosas en las calles, quizá siguiéndote ;)

Peritoni, éste es un ejemplo de lo peor. Lo mejor también puede resultar insospechado.

Gaysinley, Lisboa siempre tan presente y Piedras aportando ideas apropiadas a cada caso...

Vulcano, de ilusiones se vive, pero hay quien parece que le falta tanta luz...

Fenjx, voy a recopilar un día de estos todos tus comentarios y me busco una editorial que los publique.

Gwathadan, la T4 es tan impersonal, tan descomunalmente inhumana, que da pie a esos sentimientos.

Francisco García dijo...

Es una verdadera pena...

Anónimo dijo...

reviví, acabo de revivir

;-)

Habibi dijo...

otro día te explico el efecto de las ciudades (recuerda, inventos cristianos) en las islas Pitiüses.