martes, 15 de mayo de 2007

La distancia es relativa


Tren o avión. Siempre la misma duda cuando viajo a destinos relativamente cercanos: Barcelona, Almería, Gijón, Sevilla, Bilbao... Tardo menos de 5 minutos en llegar andando a Atocha, lo cual ya es una ventaja. Pero salvo la red AVE, el tren en este país deja bastante que desear. Sin embargo, la hora de metro que me lleva llegar a Barajas, la T4, las esperas, los retrasos, la suerte de reencontrarse con la maleta en la cinta, etc., me suele también retraer de coger un avión.


Vivir en el centro o una urbanización de las afueras. Me gusta vivir en el centro, a pesar de todos los inconvenientes que tiene. Salir de casa y estar ya donde quiero estar me da vida. Por otro lado, la calidad que aporta vivir en la periferia en base a un aire mejor, vistas a la sierra, piscina a pie de casa, plaza de garaje en la puerta... es para pensárselo.


No mido las distancias por los kilómetros, metros o centímetros que nos separan de allí donde queremos estar. Sino más bien por el tiempo que nos emplea recorrerlas. Vivo a 35 minutos del trabajo. Mis padres están a 3 horas de viaje, etc. No obstante, suele existir cierta correlación entre distancia y tiempo, que será más o menos proporcional en función de la calidad del transporte seleccionado para cubrirla.


Pero hay una cosa que no puedo entender. Si nos separa apenas medio metro. Si es cuestión sólo de medio paso. Si no hay transporte alternativo a tus propios pies. Si como mucho se puede tardar en recorrerlo 5 segundos, y eso en caso de que quieras acercarte dando pasitos. Si no hay explicación física razonable, si puedo casi tocarte con levantar el brazo, si aprecio tu aliento sobre mi cuello... ¿cómo es posible que te sienta tan lejos?


20 comentarios:

Will dijo...

Mis padres están a 3 horas de viaje, esto es importante

Churru dijo...

La distancia entre dos sentimientos encontrados puede ser más grande que ir de la Tierra al Sol.

Aщa dijo...

When there is a will, there is a way.. Querer es poder..

Un beso desde lejos.

Anónimo dijo...

lo bueno es que en Orión, no hay distancias....

Martini dijo...

tan cerca y tan lejos...

Vulcano Lover dijo...

Porque lo cerca y lo lejos a veces no depende de la distancia. Porque la cercanía la pone uno, y su percepción. Porque yo antes tardaba 6 horas en llegar a él y aún así me parecía cerca cuando lo hacía. Y los cuarenta y cinco minutos que tardo ahora en llegar a la oficina me parecen eternos... Porque 50 centímetros pueden ser la mayor distancia del planeta si te empeñas en que lo sea...
Así que pregúntaselo... pero al oído, quizá todo, de repente, cambie, no crees?

Un beso.

luigi dijo...

¿Y si le pones un video de Barrio Sesamo con SuperCoco para que lo entienda bien? ¿Lo mismo el se perdio ese capitulo?

Anónimo dijo...

Yo creo que cuando tan próximos están los cuerpos que se rozan, si los corazones permanecen dormidos y helados puede ser que la distancia interior entre ambos sea insalvable. Confórmate con el calor de su piel y menosprecia las uvas que no has de recoger, o bien busca otro corazón que sepa derretirse con tu cercanía.
Salud y libertinaje

Javier Herce dijo...

Eso pasa porque la distancia no es cuestión de tiempo o de kilómetros, sino algo que está en la mente.

towngayer alias chestercampo dijo...

Hay alientos que es mejor tener lejos! Smuacks ( y bienvenido de tu viaje!).

Anónimo dijo...

Kilómetros, metros, centímetros no son nada más que palabras inventadas que no aciertan a explicar ese sentimiento de su aliento en tu cuello y no disponer ni de una estación de metro que te ayude a internarse en su maraña...Palabras, palabras, palabras...

Carlitos Sublime dijo...

A veces he tenido esa misma sensación. Y es muy jodida. Hay una frase en una canción de Maná que era la que a mí se me venía a la cabeza en esos momentos: "Y es más fácil llegar al sol que a tu corazón".

A veces pasa. Pero todo se supera. Lo importante es tener una esperanza activa.

Mucho ánimo, y p'alante, campeón.

Besos

Anónimo dijo...

Ay, al empezar a leer tu post ya me estaba preparando para escribir un alegato a favor de los viajes en tren (mis favoritos), pero luego he llegado al final y me he dado cuenta de que no iban por ahí los tiros.

Qué pregunta más jodidamente acertada.

Nos pasamos la vida quejándonos de lo lejos que nos pilla todo, de la gran ciudad que nos separa de nuestros amigos, etc. y al final somos nosotros quienes elegimos aislarnos.

Muy buena reflexión

Anónimo dijo...

Me parece que analizando el fondo de la cuestión, el paralelismo entre viajar y los sentimientos es muy acertado. Cómo alguien dijo anteriormente, querer es poder, si quieres viajar, harás todo lo posible por hacerlo, sin importar lo grande que sea la distancia. Pero al igual que con los sentimientos, si uno no quiere viajar, se deja el pasaporte o el billete en casa o se inventa una excusa o se “pone uno enfermo”... cómo dices David, la distancia es relativa. La intención y el esfuerzo necesario para lograr lo que uno desea son los definitivos.

Peritoni dijo...

Jopé.
nada que añadir.

David dijo...

Will, no te creas, que eso también lo valoro ;)

Churruán, pues no te quiero ni contar cuando no hay sentimientos encontrados, sino gilipolleces que se enquistan.

Awa, ¿ves? Tú, por ejemplo, eres la demostración de que la distancia no tiene por qué suponer lejanía.

AJP, Orión debe ser una nueva dimensión por descubrir. ¿Allí se llega o te llevan?

Mart-ini, se supera la lejanía con un poco de interés, será por eso...

David, es cierto, dicho al oído quieras que no te acerca y provoca reacciones que humanizan la distancia.

Luigi, qué bueno Cocoooooo, ay si es que es como si le estuviera viendo ahora snif

Gato, creo que las uvas maduran a buen ritmo. A pesar de todo, creo que habrá una buena cosecha y será una excelente añada.

Javier, es exactamente eso, solo tenemos que pensar en las circunstancias de diferentes personas que conozcamos y nos damos cuenta de ello.

Towngayer, gracias por el recibimiento. ¿Sabes? A pesar de eso hay alientos a los que no quiero renunciar.

Chico de la chaqueta azul, a estas alturas de la película las palabras han quedado con un espléndido accesorio, pero prefiero directamente la acción.

Carlitos, muchas gracias por tus ánimos. Sigo pa´lante, no podría ser de otra manera. Son momentos puntuales que hay que pasar.

Gwathadan, quizá somos nosotros también los que decidimos a quienes aislamos. Por ejemplo, el amigo tejano que escribe a continuación está a miles de kilómetros, pero me parece mucho más cercano que otros supuestos amigos que viven al lado de mi casa.

Peritoni, no te pongas tristosooooo

Eric dijo...

Me morderé la lengua para no hablar de Coco (cerca... lejos...), lo prometo.

La distancia, como bien dices, está en el tiempo en que tardamos en recorrer el espacio, pero también hay que recordar que el tiempo es relativo. Un año bueno pasa en un segundo y un segundo malo, todo un año.

De todas formas, habría que explicarle a X que cerca es cerca y lejos, lejos, como Coco (ops! salió)

Besos!

Fenjx dijo...

así son las distancias
relativas siempre
como el tiempo
uno solo puede hacer pequeños truquillos
pero la magia siempre
es cosa de dos
igual que la cercanía

Anónimo dijo...

A veces la distancia es cuestion de corazones...tan cerca pero tan lejos...el adios empieza realmente cuando uno lo dice desde el corazon

David dijo...

Anónimo, me hubiera gustado no tener que pronunciar jamás algún adiós...